A cielo abierto

La pandemia nos ha obligado a replantear nuestros espacios residenciales. Los que en algún momento fueron los refugios del mundo del trabajo y del estudio han tenido que mutar a lugares híbridos y flexibles de la lucha diaria del encierro. El encargo fija como objetivo extraer oportunidades e innovación de estos espacios agotados, dando como pie forzado la necesidad de pensar en el usuario en estos tiempos difíciles. Crear dispositivos y sistemas que lo ayuden a trabajar, lo enfoquen en el estudio y lo conecten con sus vecinos; descubrir en la constricción de lo cotidiano la experiencia de lo múltiple.

Descripción de la propuesta

Este proyecto se trata de una instalación efímera, la cual es un circuito interactivo, lúdico humano y canino para azoteas de edificios con configuraciones que logran el  movimiento corporal con cambios de ritmo. Es de libre interpretación, con espacios de  movimiento y de pausa, donde se genera un espacio más amplio para mascotas y niños. Es ideal para moverse y respirar, generar vitalidad, compartir y, al mismo tiempo, estar protegido, lo cual incentiva el deporte y el movimiento, explorando de distintas formas el lugar, sintiendo distintas sensaciones y emociones, buscando mejorar  la calidad de vida de las personas y mascotas.