Estudios han revelado que a nivel mundial la pérdida y desperdicios alimenticios llegan a una cifra de 1.300 millones de toneladas, equivalentes a 1/3 de los alimentos producidos, cantidad con la cual se podría alimentar a 3.000 millones de personas. En Chile, anualmente botamos alrededor de 3,7 millones de toneladas de comida a la basura, siendo un 42% desperdiciado directamente por los consumidores. ¿Cómo podemos contribuir desde el diseño a la disminución de desperdicios alimenticios que tienen como causa la plaga de la polilla Plodia interpunctella en las despensas de los hogares chilenos? El desafío de este proyecto consiste en reducir el desperdicio de alimentos no perecederos por larvas de Plodia Interpunctella en contexto doméstico a través de la impregnación de repelentes naturales en material de silicona no tóxica para las personas e inocua para el medioambiente, específicamente la saponina, extraída de la corteza de un árbol endémico de nuestro país, el Quillay, para ser aplicada en soluciones de almacenaje. De esta forma, se busca aportar al cumplimiento de una de las tareas del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12, que consiste en reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial a nivel de consumidor.